Somos parecidos a hormigas cuya única perspectiva es lo que ven a ras de suelo. Sin embargo, somos como águilas que podemos elevarnos y contemplar el mundo desde otra perspectiva mucho más panorámica.
Cuando todo nuestro entendimiento y toda nuestra atención se encuentran enfocados al mundo de las ilusiones, entonces tenemos una visión muy limitada como la de la hormiga.
Cuando nuestro entendimiento y nuestra atención logran enfocarse en el nivel de la verdad, entonces nuestra visión se expande y ahora podemos no sólo mirar las piedras y los troncos de los árboles que se encuentran enfrente de nosotros, sino también podremos divisar el bosque completo. Si aparece una pequeña piedra en el camino de la hormiga ella lo verá como un gran obstáculo, como un gran problema. En cambio, esa misma piedra vista desde la perspectiva elevada del águila se verá como algo nimio e insignificante.
La vida vivida desde el ego, constriñe nuestra visión únicamente a estar enfocados en las ilusiones del mundo. Es una visión estrecha y de inmediatez como la de la hormiga. En cambio, la vida que se vive sin la creencia de ser el ego (el creer ser una persona limitada y separada de la totalidad) goza de una visión ampliada y expandida, desde la cual se pueden ver tanto las ilusiones del mundo como la verdad metafísica del Ser, de nuestro verdadero Ser, como la esencia que subyace intrínseca en todo lo manifestado.
La visión ampliada se adquiere una vez que dejas de ver las experiencias de la vida desde la perspectiva de tu personaje.
Las experiencias de la vida deben dejar de ser concebidas como ALGO QUE ME SUCEDE A MÍ. En cambio, las experiencias deben ser vistas únicamente como un suceder impersonal en la totalidad de la manifestación.
Las experiencias deben ser vistas como hechos y acontecimientos neutros, sin involucrar interpretaciones, etiquetas y juicios de la mente. Para entrenarnos a lograr ver las cosas con neutralidad, las lección primera y segunda del Curso de Milagros nos piden repetir: "Nada de lo que veo significa nada" y "Le he dado a todo lo que veo el significado que tiene para mí".
Y la leyenda a repetir en la lección cinco es: "Nunca estoy disgustado por la razón que creo", es decir, no me molesto por el hecho en sí que ha sucedido, sino por las interpretaciones que yo le he dado a ese hecho neutro.
El despertar nos sirve para vivir mejor, pero ya no será TU VIDA la que vivirás sino ahora vivirás LA VIDA entera, plena, completa.
Vivir la vida entera es reconocer que todo lo que existe eres tú y es tuyo, no como tu personaje sino como la Consciencia Universal que lo manifiesta. La Consciencia es nuestra verdadera naturaleza.
Parecemos hormigas, pero somos águilas.
