Una cosa es entender intelectualmente que estamos soñando al mundo y otra cosa muy distinta es realmente creerlo y experimentarlo así.
Si realmente lo creyéramos despertaríamos y ya ninguna ilusión tendría el poder de engañarnos haciéndonos creer que es real.
Ya ningún acontecimiento por grave y contrario a nuestros deseos que pudiera ser, podría afectarnos. Esto es, ya ninguna agresión del ego podría causarnos sufrimiento alguno. Es decir, si realmente nos damos cuenta que estamos soñando entonces dejaríamos de tener cualquier clase de miedo.
¿Cómo vamos a temer de algo que sabemos que no es real?, ¿Cómo vamos a tener miedo de algo que estamos soñando nosotros mismos?.
Nos daríamos cuenta que tan solo estamos experimentando los pensamientos proyectados por la Mente Universal que somos.
Si realmente creyéramos que estamos soñando entenderíamos que nuestro personaje es solo una imagen más dentro del sueño y que nosotros mismos, no somos el personaje soñado sino la Mente que sueña el sueño y la Consciencia que lo observa.
La única manera de "romper" o terminar con la lógica del sueño es teniendo un sueño lúcido. Tener un sueño lúcido es darse cuenta que se está soñando mientras el sueño tiene lugar.
En India a quienes lograr darse cuenta que están dentro de un sueño mientras viven esta vida se les llama "Jivamukta", que significa "despierto en vida".
Al darnos cuenta que nosotros somos la Mente Universal y la Consciencia y no el personaje soñado ni el sueño mismo, se desvanece toda idea de victimismo. "No soy víctima del mundo que veo" (Un Curso de Milagros).
Es decir, no soy víctima del mundo que veo, porque no existo como un individuo separado y autónomo de la Totalidad, no existo como el personaje que creo ser.
Existo, en primera instancia, como la Mente Universal que imagina y proyecta el sueño. Existo, en segunda instancia, como la Consciencia Pura que observa y experimenta el sueño. Y existo, en última instancia, como el Ser Absoluto, quien a su vez, es la fuente de la Consciencia y de la propia Mente Universal.
Mientras creamos que el sueño es real seguiremos experimentando las consecuencias de la "lógica" del sueño, por ejemplo, si cometo una "mala acción", sentiré culpa y creeré que debo recibir un castigo, (si en el sueño cometo un crimen, soñaré que me persiguen y que probablemente me encarcelen), todo esto de acuerdo a los paradigmas y creencias propias de mi mundo soñado, en donde la idea errónea básica es creer que YO existo como el propio pensador de todos mis pensamientos y como el propio hacedor de todas mis acciones. Creemos ser un personaje aislado dentro del sueño y olvidamos que en realidad somos quién sueña la Totalidad del sueño.
Los sueños nos muestran el contenido de la mente, tanto de la Mente Universal que en realidad somos, como de la mente individual de la aparente persona que aparece dentro del sueño.
Recordemos que la Mente Universal se encuentra dividida en dos partes, por un lado se encuentra "la Mente recta" con los pensamientos acordes a la verdad y por el otro lado, se encuentra "la Mente ego" conteniendo todos los pensamientos contrarios a la verdad.
Dentro de "la Mente ego" existen, entre otras, las falsas creencias siguientes:
- Hemos podido separarnos de Dios y abandonarlo.
- Nos hemos convertido en individuos autónomos con capacidad de pensar, elegir y actuar independientemente a la Voluntad de Dios.
- Podemos tener una voluntad opuesta a la de Dios.
- Al separarnos de Dios lo agraviamos y cometimos una falta muy grave (el pecado original)
- Somos culpables y merecemos castigo.
- Si nos castigamos a nosotros mismos podremos aplacar la ira de Dios para que sea más misericordioso con nosotros.
Estas y otra serie de aberrantes falsedades se encuentran contenidas dentro de la Mente ego. Así nuestra "Mente ego" esta en permanente conflicto por su creencia en "la loca idea de la separación".
Esta "Mente ego" al estar en conflicto se ha vuelto demente y ha pensado que debe autocastigarse para de esta forma expiar su falta y aplacar la ira de Dios.
Este razonamiento demente es la causa de todos los contratiempos, conflictos y sufrimientos que vivimos a lo largo de nuestra vida dentro del sueño. Todos ellos son un auto castigo del ego.
El ego se auto inflige infinidad de castigos -a través de todos los personajes dentro de la manifestación- con la finalidad de intentar disminuir la ira de Dios.
Esta infinidad de castigos son todos los problemas y conflictos que experimentamos en nuestra vida cotidiana.
Por eso lo que debemos sanar es el contenido errado de nuestra "Mente ego". Debemos sanar su falso conflicto y éste se sana despertando a la verdad, es decir, desvaneciendo las ilusiones.
A nivel de nuestro aparente personaje, los sueños también nos muestran escenas donde aparecen nuestros deseos, nuestras fantasías, nuestros temores, nuestras frustraciones o aversiones. Como aquella noche que vimos una película de terror y al ir a dormir continuamos soñando con los monstruos de esa película.
Toda vez que nuestra "Mente ego" esta en conflicto, vamos a soñar con un mundo conflictivo y si nosotros reaccionamos conflictivamente a este mundo de conflicto, lo único que estamos haciendo es retroalimentar la dinámica del conflicto.
Estamos reforzando el conflicto en nuestra mente con nuestras reacciones y acciones.
Aunque soñemos un mundo conflictivo nosotros no debemos reaccionar al mismo añadiendo más conflicto.
A todo conflicto, paz y a todo miedo, amor.
Es un proceso de alquimia mental-emocional.
Esta es la clave para establecernos en la paz y dicha permanentes.
La forma práctica mediante la cual podemos dejar de adicionar conflicto a los conflictos es la siguiente:
En la filosofía Advaita (de la no dualidad) se recomienda practicar el "Discernimiento" y la "Auto-indagación".
El discernimiento nos ayuda a distinguir entre lo falso y lo verdadero, es decir, nos ayuda a distinguir entre las ilusiones y la verdad del Ser.
La auto-indagación nos ayuda a descubrir que no existimos como las personas individuales que creemos ser, sino que sólo existe la manifestación de la Totalidad, siendo nosotros mismos dicha Totalidad.
En el Curso de Milagros, el equivalente al "Discernimiento" es la práctica del "Perdón", que no es otra cosa más que des-hacer las ilusiones. Perdonar las ilusiones es tomar consciencia de su irrealidad.
El perdón (el desvanecimiento de las ilusiones) irá liberando los obstáculos al amor, que ya naturalmente somos. Entre más perdonemos más experimentaremos y expandiremos el amor que somos y finalmente podremos despertar.
Y la ilusión principal es el sentido de la identidad personal, el creer que existo siendo la persona que mi personaje aparenta ser.
"Tal como te percibes a ti mismo, tienes todas las razones del mundo para sentirte atemorizado." (UCDM) Es decir, mientras te creas existir siendo una persona individual distinta y separada de la Totalidad, vas a sentirte atemorizado todo el tiempo, ya que creerás ser un ente vulnerable, limitado, indefenso y mortal. Verás en todo y en todos, una potencial amenaza que puede atacarte, dañarte y acabar contigo.
Por ejemplo, si recordamos que somos la Totalidad y que no existimos como una persona individual, cuando surja alguna situación desagradable la veremos simplemente como un movimiento de energía más dentro de la Totalidad y ya no como un ataque a nuestra persona.
Si alguien me ofende o agrede, recordaré que ni yo ni los otros existimos como entes separados, sino que todo es la manifestación expresándose a sí misma en infinitas formas, lo cual permitirá que la ira, coraje o tristeza que dicha ofensa o agresión me provoque, puedan ser más fácilmente desactivadas al no verlas como algo personal.
Todo lo que suceda lo veremos y entenderemos como otro movimiento más dentro del océano de manifestación del Ser.
Al dejar de juzgar y condenar al mundo me dejo de juzgar y condenar a mi mismo.
Cada vez que dejamos de sentir paz ni dicha es síntoma de que hemos dejado de lado la Mente recta y estamos pensando de nuevo con la Mente enferma, con la Mente ego.
El sistema de pensamientos del ego es el que nos hace creer que somos el cuerpo y que estamos sujetos a la limitación, a la vulnerabilidad, a la carencia, a la escasez, a la enfermedad y a la muerte. Y cuando así pensamos no podemos sino vivir a la defensiva totalmente atemorizados.
La Voluntad de Dios es nuestra perfecta felicidad, porque nosotros mismos somos el Ser Absoluto (Dios). Esta verdad es el conocimiento, la realización, la certeza y la experiencia - que tarde o temprano - la Gracia nos concederá a todos y cada uno de nosotros.
La iluminación y el despertar son nuestro destino irremediable.
Recuerda no eres una parte, eres Todo lo manifestado y la fuente in-manifestada de Todo lo manifestado.
