La espiritualidad intelectual es una estrategia de preservación del ego.
El ego siempre intentará distorsionar las enseñanzas espirituales para evitar desaparecer.
El ego es la fuente de todo sufrimiento en nuestras vidas, pero nos engaña para hacernos creer lo contrario. Si de verdad comprendemos, del ego nos deshacemos.
La trampa del ego consistirá en generarnos una compulsión obsesiva para tratar de entender con la mente lo que se encuentra más allá de la mente. Este absurdo resultará en fracaso y frustración.
No se puede comprender al Ser Absoluto con el intelecto, dado que éste se encuentra más allá de todo concepto que las palabras puedan describir.
Como dijo el sabio Lao Tse: "El Tao (el Ser Supremo) que puede ser expresado no es el verdadero Tao".
El Curso de Milagros nos dice: "No busques tu Ser en símbolos (palabras). No hay concepto que pueda representar lo que eres."
Por tal motivo, ningún camino intelectual es un camino espiritual.
Las palabras son útiles para entender intelectualmente todo lo que no somos, pero para saber lo que somos tenemos que ir más allá de ellas hasta lograr la experiencia de la verdad, que no es sino reconocer al Ser manifestándose en TODO LO QUE ES.
Las palabras están sujetas a las interpretaciones de la mente y son naturalmente imprecisas para describir aquello que se encuentra más allá de la propia mente y del mundo físico.
"Dios no entiende de palabras, pues fueron hechas por mentes separadas para que las mantuvieran en la ilusión de la separación... las palabras no son más que símbolos de símbolos. Por lo tanto, están doblemente alejadas de la realidad" (UCUM)
Las palabras conforman los pensamientos.
Los pensamientos conforman la mente.
La mente conforma creencias.
La mente ego está diseñada para generar pensamientos y creencias de separación.
La "creencia madre" de todas las subsecuentes creencias de separación es la de creer que existo como una persona, como un individuo independiente y separado de la Totalidad.
Cada nueva creencia generada por el ego termina siendo un barrote más nuestra cárcel mental de limitación.
Cuando la mente forma una creencia, ha creado un obstáculo.
Por esta razón, todos los grandes sabios han coincidido en señalar: "La mente es el obstáculo, hay que ir más allá de ella".
Para evitar caer en la trampa del ego no tomes literalmente nada de lo que se diga sobre temas espirituales.
Utiliza las palabras como un puente para cruzar al otro lado, no obstante las limitaciones del propio lenguaje.
Más que dar demasiada importancia a la superficie de las palabras, lo que se debe buscar es captar el mensaje profundo que se trata de señalar mediante ellas.
Las palabras del hombre no tienen sentido, sólo la palabra de Dios lo tiene y esta se escucha en el Silencio.
