El ego tiende compulsivamente a fijarse, engancharse y apropiarse de los pensamientos y experiencias, para decir, ME SUCEDEN A MÍ, pero la única forma de ser libre es no considerarlas como algo personal. Es decir, no verlas como algo que me sucede a mí, sino simplemente como cosas que surgen, suceden y pasan impersonalmente. Son sólo olas dentro del infinito mar de la gran Manifestación de LO QUE ES, de lo que está sucediendo, de lo que ya está siendo. Se debe dejar ir a los pensamientos y experiencias tan libremente como surgieron, sin involucrar ningún sentido de pertenencia o autorreferencia. Desvinculando de los acontecimientos las palabras YO y MÍ o MÍO.
Las cosas suceden y no le suceden a nadie en particular. Cosas suceden y punto, son todas movimientos impersonales dentro de la gran Manifestación del Ser.